El Vice Presidente de la Juventud Radical presentó su renuncia

Escrito por Lic. Emiliano Arriaga Zugasti el . Publicado en Política

Matías Nebot afirmó "hicieron a la UCR “colorada” en el 2007, hoy la pintan de “amarillo”. Pero estamos quienes seguimos siendo rojo y blanco. Por allá, un 29 de julio de 1890, Leandro Alem abandonaba el Parque, luego de firmar la rendición. Afirmaba que la derrota de la Revolución estaba en la conjunción de las “dos clases de  hombre” que conformaban las filas del movimiento revolucionario: los que consideraban que la reacción ética era la causa Argentina, el motivo profundo de la revolución. Segundo: los hombres que consideraban que la conquista del poder era el objetivo dominante del movimiento; revisionista personales en rigor, no luchaban por la movilización y ascenso al plano político y al plano del Estado de todo el pueblo de la Republica. 

Ya para estos años veíamos que la posesión de un gobierno no es la solución a los problemas de la Argentina, las uniones electoralistas y sin coincidencias programáticas nos llevan al fracaso. Hace años que venimos experimentando en nuestro partido alianzas con sectores que nada tienen que ver con la UCR, decisiones que la toman dirigentes que consideran que el partido radical es “su campito”, hoy representados en las figuras de Sanz, Morales y Cobos. Es verdad que en las contiendas electorales hay que tener vocación de poder, pero soy alfonsinista y Raúl nos dijo incansablemente, “no podemos construir la democracia sobre la base de claudicaciones éticas”. 

 

Hoy la cúpula de la UCR, ha tomado una de las decisiones más peligrosa y equivocada de nuestra historia partidaria, está obligando al partido a ser cómplice de quienes quieren llevar adelante la restauración conservadora, el acuerdo con Macri significa ir hacia una republica corporativa, arrodillada a los intereses extranjeros. Esta alianza es volver a los 90, es por eso que en lo personal, ser orgánico y subyugarme a la decisión de la cúpula del partido es traicionar a mi país, a mis propias convicciones; implica traicionar nuestra propia existencia, implica traicionar aquellos hombres y mujeres que desde 1890 luchan por consolidar una sociedad impregnada de sentimiento democrático, es decir,  una sociedad justa y ética. Alem, Irigoyen, Illia, Raúl Alfonsín son hombres que surgieron de las entrañas del radicalismo revolucionario, y todos ellos poseían una proyecto político coherente, y si  algo demuestra la historia, es que estos grandes hombres fueron conscientes que lo más importante no era llegar al poder, sino militar, hacer acción las ideas, y nunca traicionar aquella ideología fundacional del radicalismo. 

El radicalismo no se dice, se hace, es por ello que renuncio a la vicepresidencia de la Juventud Radical del distrito, pero con la conciencia tranquila de que hago radicalismo en todo momento, en todos los ámbitos en los que me desenvuelvo. Soy radical alfonsinista y así será siempre, voy a seguir creyendo en la matriz revolucionaria que origino al radicalismo como movimiento popular que lucho por la democracia y la justicia social.

Insisto en que es preciso recordar que el radicalismo es en su esencia un partido de centroizquierda, socialdemócrata, progresista. Que nada que ver, tiene con posturas neoliberales, de derecha, conservadoras. Como los jóvenes radicales dijimos en el 2007 que “quien no distingue el rojo del colorado, no distinguen la educación pública de la educación privada; un sistema de salud gratuito, de uno privatizado; los ideales, de mero oportunismo” Yo hoy agrego que quienes no distinguen el blanco del amarillo,  no distinguen que el mejor presidente de la democracia fue Raúl Alfonsín y no Carlos Menem. 

Termino este escrito, utilizando las palabras de mi máximo referente RAUL ALFONSIN: “El radicalismo es, desde el primer momento, una fuerza movilizadora. El gran acto del Frontón, las revoluciones radicales del 90, del 93, de 1905 son gestas movilizadoras. Es también una constante histórica: el radicalismo moviliza siempre, mientras que el régimen desmoviliza. Por otro lado el radicalismo plantea la importante necesidad de la moralidad administrativa, la conducta de los gobernantes. El radicalismo, es antes que una ideología, una ética. Es la lucha contra los corruptos, contra la inmoralidad y la decadencia”

 

Matías Nebot

Distrito de Saavedra-Pigüé

28/03/2015

 

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